Gracias a la dedicación de Ellen Tassone, operada del pecho y propietaria desde hace mucho tiempo de una boutique para mujeres intervenidas de mastectomía en Maryland, EEUU, surgió la idea del molde de masaje.

Después de 25 años todavía recuerdo los sentimientos y el miedo que me invadió cuando me diagnosticaron cáncer de mama. El hecho de conseguir entonces una prótesis mamaria me proporcionó como mínimo la sensación de que mi apariencia era normal y que ningún desconocido podría darse cuenta. A mediados de los años 90 abrí mi boutique para mujeres operadas de mastectomía y siempre he estado buscando las mejores y más nuevas soluciones para mí y para mis clientas. Muy especialmente para las mujeres con edemas linfáticos que encuentro a diario en mi boutique y a las que quería ofrecer algo más que una prótesis mamaria bien ajustada.

Mi idea era poder conseguir un efecto masajeador con ayuda de pequeños cojines (discos de algodón) ondulados entre la prótesis y la piel. Mediante esta estimulación suave y continua de la piel quería conseguir que se tonificaran los conductos linfáticos problemáticos.

Cuando el efecto de mi experimento apenas había empezado, para las mujeres era demasiado complicada su aplicación y la fijación de los cojines, causaba muchas dificultades. Desilusionada, me puse en contacto con Leslie Amick, una diseñadora de prótesis mamarias, que desde hacía muchos años trabajaba en la empresa ABC Breast Care. Con el respaldo y los conocimientos técnicos de ABC, la idea de la prótesis de masaje fue perfeccionada.”

“Estoy orgullosa de esta evolución y espero que todas las mujeres se animen a hacer realidad sus sueños con la colaboración adecuada.“

Los comentarios de las usuarias llevan a la creación de los diseños patentados de la prótesis masaje, tales como prótesis adhesiva, prótesis silueta, prótesis parcial, etc.